Descubre los secretos para elaborar un vermut casero de Madrid, siguiendo la tradición y utilizando ingredientes de primera calidad. Desde sus orígenes hasta su evolución, te guiaremos paso a paso para que puedas disfrutar de un vermut hecho a mano, perfecto para cualquier ocasión.

Ingredientes:

  • 1 litro de vino blanco seco (preferiblemente de variedad Airén)
  • 50 gramos de ajenjo
  • 20 gramos de raíz de genciana
  • 10 gramos de corteza de naranja seca
  • 10 gramos de corteza de limón seca
  • 5 gramos de clavo de olor
  • 5 gramos de canela en rama
  • 1 litro de agua
  • 500 gramos de azúcar
  • 100 ml de alcohol de 96º

 

Preparación:

  1. Maceración: En un recipiente de vidrio hermético, coloca el vino blanco, el ajenjo, la genciana, las cortezas de naranja y limón, el clavo y la canela. Cierra bien y deja macerar en un lugar oscuro y fresco durante al menos 3 semanas, agitando ocasionalmente.
  2. Almíbar: En una olla, mezcla el agua y el azúcar. Lleva a fuego medio hasta disolver completamente el azúcar. Retira del fuego y deja enfriar por completo.
  3. Mezcla y filtración: Una vez transcurridas las 3 semanas de maceración, filtra el vino con un colador fino o un paño de algodón para eliminar los sólidos. A continuación, mezcla el vino filtrado con el almíbar frío y el alcohol.
  4. Envejecimiento: Vierte la mezcla en botellas de vidrio oscuro y cierra herméticamente. Deja envejecer durante al menos 2 meses en un lugar fresco y oscuro. Cuanto más tiempo envejezca, más complejo y suave será el sabor.

Consejos:

  • Botánicos: Puedes personalizar tu vermut añadiendo otros botánicos como cardamomo, anís estrellado o bayas de enebro.
  • Dulzor: Ajusta la cantidad de azúcar según tu gusto personal.
  • Servir: Sirve muy frío, con una rodaja de naranja o limón y una aceituna.

Origen y evolución:

El vermut es una bebida aromatizada a base de vino, hierbas y especias. Su origen se remonta al siglo XIX, cuando se popularizó en Italia y Francia. En España, el vermut llegó a finales del siglo XIX y rápidamente se convirtió en un aperitivo muy apreciado, especialmente en Madrid. Los vermuts caseros eran elaborados en cada hogar y se compartían con amigos y familiares. Con el paso del tiempo, surgieron numerosas marcas industriales, pero el vermut casero sigue siendo una tradición que se mantiene viva.